Innovación

Innovación

En muchos casos, el éxito de una empresa depende del grado de innovación, porque esta característica puede ser el factor diferenciador que la hace exitosa. La innovación empresarial puede suponer una renovación de los productos o de la propia empresa, normalmente adaptándose a las exigencias del mercado.

 

La importancia de la innovación recae en su reconocimiento como aspecto clave del desarrollo de los países es mayor (por encima de la media regional del 23%) entre los hombres, las personas menores de 35 años y las personas en situación económica buena o muy buena.

 

Sin embargo, la mayoría de los indicadores de la región siguen estando a la zaga en materia de ciencia, tecnología e innovación (CTI). Ello se debe a varios factores, entre ellos el hecho de que una gran proporción de empresas aún no han situado la tecnología y la innovación en el centro de su estrategia competitiva y que los gobiernos siguen encontrando obstáculos para traducir las buenas intenciones en marcos normativos coherentes con una asignación de recursos sostenible o en estrategias más sofisticadas para promover la CTI.

 

Para evitar esta ambigüedad, están haciendo de los datos cuantitativos su principal herramienta de información. Esto es bueno si persiguen objetivos como el control de calidad o el cumplimiento. 

 

El problema es que para desarrollar ideas verdaderamente innovadoras, los innovadores deben mirar más allá de lo cuantificable. 

 

Si una necesidad puede medirse en los estudios, ha pasado de su estado latente a un estado explícito y ciertamente ha sido atendida por un competidor. En otras palabras: Una vez que la gente pueda articular lo que necesita, la solución está a la vuelta de la esquina.

 

También cabe mencionar la definición de los tipos de innovación que se utilizan para la aplicación de las deducciones fiscales del impuesto sobre la renta de las sociedades. En este caso, la legislación sólo distingue entre la innovación tecnológica y la no tecnológica, siendo la primera la única definición válida para la aplicación de las deducciones. 

 

En este contexto, la innovación tecnológica se define como la actividad que conduce al desarrollo de nuevos productos o procesos de producción o a mejoras sustanciales de los productos o procesos existentes. En otras palabras, la innovación en la gestión y, en ciertos casos, la innovación en los procesos no están incluidas en la definición.

 

La innovación puede ser gestionada y controlada, como cualquier proceso empresarial, y este es el máximo exponente de la conciencia y el control sobre la innovación. 

 

Entre la gestión del proceso de innovación y la innovación oculta, existen diferentes situaciones en las que las empresas son conscientes pero no tienen control sobre la innovación, es decir, que generalmente innovan de forma puntual o cuando suelen estar impulsadas por las necesidades de los clientes o del mercado sin anticiparse a esas necesidades. 

 

La innovación es el proceso por el cual una idea se transforma en un producto o servicio nuevo para el mercado, o por el cual un nuevo proceso de fabricación o nuevos métodos organizativos o de comercialización se integran en la empresa (capacidad de innovación de la empresa).

 

Hoy en día, la innovación nos permite utilizar los recursos para lograr mayores beneficios económicos, sociales o de reputación en el caso de las organizaciones. 

 

Sin duda, es crucial estar a la vanguardia de las necesidades y tendencias actuales y utilizar herramientas para optimizar los procesos, ofrecer nuevos productos o servicios y posicionarse estratégicamente en el mercado. 

 

Una guía de referencia publicada por la OCDE en 2005, es el Manual de Oslo, que dice que  la innovación es «la introducción de un producto (bien o servicio), proceso, comercialización o método organizativo nuevo o significativamente mejorado en la práctica empresarial interna, la organización del lugar de trabajo o las relaciones externas».

 

Hemos descubierto que la innovación exitosa a menudo se produce cuando los ingenieros, los especialistas en usuarios y los expertos en negocios diseñan una iniciativa desde el principio.

 

Como equipo interdisciplinario, pueden trabajar juntos para asegurar que cualquier solución que propongan sea deseable, técnicamente factible y económicamente viable.